martes, 28 de junio de 2011

Granada, la Casa Loca, arte y artesania

Solo unas lineas breves (y sin tildes, que esta compu no tiene) desde Granada (Nicaragua), donde llevo unos diez dias:

Hace un calor terrible, humedo, que solo da tregua por la noche o cuando llueve torrencialmente durante horas y horas. La ciudad es bastante bonita, colonial, turistica y esta situada a la orilla del lago de Nicaragua, que es enorme. 
Me alojo por 3 dolares la noche en una casa donde comparto habitacion con otros viajeros/as. El ambiente es muy familiar y muy internacional al mismo tiempo. Enumero las nacionalidades que han pasado por la casa desde que estoy aqui: Nicaragua, Italia, Belgica, Argentina, Chile, Alemania, Venezuela, Costa Rica, Mexico, Canada, Francia, Espagna, y seguramente me dejo alguna. Todos/as mochileros/as, bastantes de ellos/as artesanos/as, dos malabaristas... En fin, la cosa esta entretenida. 
Ademas de pasear por la ciudad y hacer alguna excursion bonita (pase un dia en la increible laguna de Apoyo, que esta en el crater de un volcan), he aprovechado para aprender con mis compas de casa algunos rudimentos del trabajo con filigrana, resina y flores de tela; los dias en que no ha parado de llover surgieron talleres espontaneos de todas estas artesanias en torno a la mesa de la salita. 
Por otra parte, en la Casa de los tres Mundos, un centro que promueve la musica, el teatro y las artes plasticas, he dado con un pintor que me esta ensegnando, por muy poco dinero, a grabar sobre linoleo, y la tecnica me esta gustando. 
Dejo la cronica por hoy. Seguire reportando.

miércoles, 22 de junio de 2011

El niño de la armónica

El niño de la armónica entra en el bus y se queda parado junto al asiento, aún vacío, del conductor. Es de piel bastante blanca y no aparenta más de diez años. Dirige una mirada tímida a los pasajeros y presenta la música que va a tocar susurrando al vacío unas palabras que nadie oye en medio del rumor de las conversaciones.
Acto seguido se lleva la armónica a los labios y toca unos breves acordes. Después canta y, ahora sí, la voz le brota valiente y poderosa desde el fondo de sí mismo.  El autobús se inunda de la voz del niño y algunos pasajeros, incluso en las últimas filas, interrumpen, sorprendidos, la plática para escucharle. Terrmina la canción y el cantor de voz segura se transforma de nuevo en ratoncito asustado. Su boca se llena otra vez de susurros, con los que agradece al público su escucha. Después recorre el pasillo tomando las monedas que muchos pasajeros le brindan. Algunos de ellos se han dado cuenta y sonríen: acaban de presenciar un milagro cotidiano.

sábado, 18 de junio de 2011

Primera quincena en Nicaragua

Llevo algo menos de dos semanas en Nicaragua. Los primeros días los pasé en Ocotal, cerca de la frontera con Honduras, en casa de Gemma, Jimmy y el pequeño Inti Amaru. Disfrutando de la hospitalidad de esta gente maravillosa y descansando mucho. Siguiendo con ellos, que son medio nicas medio madrileños, los avances del proceso apasionante del 15M en Madrid. Preguntándoles muchas dudas sobre Nicaragua y su historia política y también sobre asuntos más prácticos. Dando algún paseito por Ocotal, un pueblo con encanto, que, por cierto, fue bastión de la resistencia sandinista. Visitando Radio Segovia, una radio comunitaria de la zona, creada por el Frente Sandinista en 1980, un año después del triunfo de la revolución, incendiada en el 84 por la Contra y surgida de nuevo de sus cenizas como el ave fénix. Vagando también por Mosonte y descubriendo allí a Mercedes, trabajadora de la fundación Libros para Niños, y a través de ella, conociendo el proyecto.

Libros para Niños es una fundación dedicada a promover el amor por la lectura y los libros en la niñez. Tienen puntos y rincones de lectura en varias poblaciones. Son lugares mágicos, donde las paredes están profusamente decoradas con imágenes de fantasía sacadas de los cuentos. Las niñas y niños acuden a ellos de manera voluntaria, se sientan en cojines por el suelo, y dedican tanto rato como quieren a dejarse llevar por las historias que leen en los libros o que escuchan de boca de los facilitadores, que se los leen en voz alta. A veces lo hacen utilizando el kamichivai, un artilugio de madera de origen japonés que funciona como pantalla y soporte de láminas coloridas que ilustran las historias. El narrador/a va contando el cuento mientras desliza las láminas ordenadamente de alante a atrás, de modo que el público puede observar los dibujos mientras escucha la historia.

Libros para Niños realiza varias actividades distintas, dirigidas todas a promover el gusto por la lectura. Otra de ellas, a la que me sumé durante un par de días, es la de rutas de lectura. En las rutas de lectura el equipo de Libros para Niños acerca los libros a niños y niñas de áreas rurales apartadas de los puntos y rincones de lectura, con más difícil acceso a los materiales. Lo hacen a través de un sistema de préstamo quincenal en escuelas, donde también hacen lecturas animadas.

Me gustó ver que los niños responden a la iniciativa con mucho interés. Sí parece que a través de sus actividades la fundación consigue que poco a poco vayan amando la lectura, asociándola con placer y no sólo con obligación escolar y con tedio.

De Ocotal tiré para Estelí, donde me acogieron calurosamente la gran Naví, amiga de Rodrigo, y Anna y Ania, que son amiga y sobrina de la primera. También el hijo pequeño de ésta, Rodri, que es un chaval simpatiquísimo (de tal palo tal astilla). Allí pasé otros cuantos días, en los que subí con Anna y Ania al cerro Tisey, que es precioso, paseé y disfruté mucho de largas charlas con Naví y las chicas, conocí Funarte, fundación de apoyo al arte creador infantil (muchos de los murales de Estelí son trabajos realizados por los chicos y chicas de esta organización), y radio Cumiches, una radio comunitaria llevada por jóvenes y niñas/os, que me dio muy buena impresión.

Ayer llegué a Matagalpa, donde he pasado el día de hoy en una jornada formativa organizada por la Red de Mujeres de Matagalpa. Parece ser que esta localidad es un referente en cuanto a feminismo en toda Nicaragua.

Aquí van algunas fotos...



En la ruta de lectura los niños/as eligen libros para tomar prestados y leer en casa





La naturaleza es exuberante en Nicaragua. De camino a las escuelas, en las rutas de lectura, esto es lo que se ve a ambos lados del camino




Posando con Ania en el cerro Tisei


Tisei. Nos perdimos parte de las vistas porque estaba nublado



Cena de despedida de las chicas de Estelí: paella!


Las paredes hablan

miércoles, 15 de junio de 2011

Creencias y aguacates

Ayer estuve charlando con un agricultor simpático. Viajábamos en el autobús que va puebleando desde Estelí hasta Ocotal, el norte de Nicaragua. Le compro dos aguacates y me ofrece una bolsa de plástico para llevarlos. Se la rechazo amablemente porque no me hace falta y empieza la plática. Que por qué no la quiero, que porque contamina. Que si es plástico limpio, que si eso no existe. Que si los residuos, que si el compost. Y bla bla bla bla, una cosa nos lleva a la otra y la conversación termina girando en torno a las creencias (que es un tema que me interesa mucho).

Me cuenta que lleva veintipico años trabajando el aguacate y me asegura que se da mucho mejor cuando se cosecha con luna sazona (que en España diríamos "llena"; aquí una fruta sazona es una fruta madura. La luna sazona es, por tanto, la luna madura. La imágen me parece preciosa).

También depende, me dice, de quién realice la tarea. Si uno tiene la mano caliente, el aguacate sale bueno. Si, en cambio, la tiene fría, olvídate. Le pido más detalles porque no he comprendido mucho y me dice: "Uff, es que va a ser difícil que lo entienda". "Intentemos", digo, y profundiza en el asunto. Por lo que entiendo, tener la mano caliente o fría es un don en el primer caso y una fatalidad en el segundo. Bueno, una fatalidad si vives de ello, que si te dedicas las finanzas o a vender claveles, pues no parece tan grave tener la mano fría para el aguacate.

Tener la mano fría o caliente no tiene que ver con saber o no saber cuándo o cómo cosechar. Un manofría y un manocaliente pueden estar cosechando el mismo día y de la misma forma, y los aguacates del primero saldrán riquísimos mientras que los del segundo se arruinarán a los tres días. Sin más.

Igual que las embarazadas, me dice. Si recogen el aguacate, al poco tiempo se pone negro. Esta creencia es prima hermana de otras que ya he escuchado en mi tierra: la mujer que, menstruando, se acerca a una mayonesa, la corta. El vino lo agria. Las plantas las debilita. 

En fin, viejas creencia machistas a las que mejor no poner mente, como dicen por aquí. Pues mira, majo, si la mayonesa la corto, ponte tú con ella, que te veo muy cómodo viendo el partido de fútbol. Una ya tiene excusa para no hacer mayonesa, que no hay mal que por bien no venga.

Esto me recuerda a una anécdota que me contó Mamá Esperanza cuando la conocí en Antigua, Guatemala. Parece ser que cuando era pequeña se decía que no había que tocar las flores de una planta conocida popularmente como "quiebracajetes" porque, como su nombre indica, si las tocabas, después se te rompían los cajetes (los platos) al lavarlos. Así que más que una fatalidad, era la excusa perfecta para librarse de la tarea. "Mami, qué pena, no puedo ayudarla porque en la mañana toqué un quiebracajetes". Pero no colaba. 

Vuelvo a la conversación del bus. Me dice mi compañero de viaje que las embarazadas deben dormir solas porque el feto absorbe la energía de quienes le rodean. Por eso, señala, los maridos que duermen con ellas se quedan chupadíííítos. Ellos en los huesos y el bebé, desde dentro de la panza, venga a robarles la energía.

Hoy saco el tema de las creencias con Mercedes, una mujer de Mosonte a la que conocí por la fundación Libros para Niños, y con la que he hecho buenas migas. Ella cree poco en supersticiones pero las conoce. Me cuenta algunas:

Si un guis trina cerca de tu casa es señal de que alguien vendrá pronto a visitarte. También augura visitas el soplo de aire en el fuego de la cocina.

Si tienes roja la oreja derecha, alguien está hablando bien de ti. En el caso de la izquierda, te está poniendo a caldo. En España se dice lo mismo cuando te pitan los oidos. Y en otros países, cuando te pican las orejas.

Si estornudas es señal de que alguien piensa en ti o de que te está siendo infiel. Lo malo es que no sabes si lo que pasa es lo primero o lo segundo, de manera que estornudar por aquí debe de crear mucho desconcierto. 

Por último, me cuenta que se dice que el 24 de junio (fiesta de San Juan) es un buen día para cortarse el pelo porque después crece más fuerte y más rápido. También es un buen día para fajear (golpear con faja, que es como un cinturón) los árboles poco fértiles; les hace dar más fruto.

En mi tierra se dice de las brujas (meigas) que nadie cree en ellas... pero que haberlas, hailas. Pues por si acaso esto va igual, el 24 me paso por la peluquería... y ya os contaré qué tal.









lunes, 13 de junio de 2011

Nicaragua: revoltijo de primeras impresiones

Predicadores evangelistas,
vendedores de casi todo en buses amarillos,
rosquillas de maiz y queso, con y sin agujero
cambiadores de moneda con una mano preñada de dólares ("dolores", como decía el otro)
y la otra de córdobas,
puestos de frutas que prueban la creatividad infinita de la mama tierra.
Naranjillas, jocotes, mamones, nancites.
Frescos de tamarindo, de pitaya, de pinol con leche.

Pulperías donde no hay pulpos sino productos de alimentación,
librerías donde no hay libros sino cuadernos y lapiseros,
palos de mango, de aguacate, de jocote,
señoras en las ventas que sonrien amables y te llaman amor.

              ¿Qué le doy, amor?
               ... Púchica, no ando reale, doña!
               Vaya, pué
               Dele, pué

Sandino en la memoria, en las pláticas, en las paredes
y treinta hombres valientes corriendo a los gringos
desde Ocotal
Fonseca en blanco y negro, con sus lentes grandes, en las fotos
de los libros
Revolución, revolución, revolución
y guerra
El Frente Sandinista, la Contra,
de nuevo los gringos sucios
la Navidad Roja
la historia muda de los indígenas.
Los muertos y muertas
de ambos bandos
el rencor
el miedo, la esperanza.
Daniel
aclamado y denostado.

Los cuentos, las leyendas
la Cegua, el cura sin cabeza,
el bueno de tío Coyote, baboso, y el abusivo tío Conejo.

Estelí de los murales.
Ciento ochenta -dicen- regados por la ciudad.
Muchos artistas son niñas y niños o adolescentes.
Estelí de las fábricas de tabaco,
que dan trabajo
y contaminan.

Los dramas cotidianos
de hombres que se llenan los vacíos con guaro.
Beben y pegan (o no).
Ellas aguantan (normalmente).
Algunas juntan valor para salir corriendo
o caminando lentas con la cabeza alta.
Otras dejan la casa
en un cajón largo de madera.

El buen humor, la risa,
la plática fácil en cualquier lado.
(¡Demasiado fácil:
la chavala del locutorio
y el otro cliente
no me dejan abandonar una plática infinita sobre hombres y mujeres
en la que participé un rato
y de la que quiero escapar
para seguir escribiendo!).

lunes, 6 de junio de 2011

Lucha contra la minería y discapacidad

Después de Tulate pasé tres días en Santa Rosa, donde tomé contacto con dos temáticas principalmente: la de la minería y la de la diversidad funcional (que tradicionalmente se ha llamado "discapacidad").

Sobre la primera: pude asistir a un par de reuniones de CODIDENA, una organización constituida hace unos meses por vecinas y vecinos de Santa Rosa con el objetivo de evitar la implantación de una empresa minera canadiense que pretende extraer la plata y "minerales raros" de la zona. Parece ser que estos últimos, los minerales raros, son utilizados para la fabricación de teléfons móviles y equipos informáticos.

Como desgraciadamente ya se ha demostrado infinidad de ocasiones, la minería a cielo abierto tiene un altísimo coste medioambiental y social. En Guatemala, el Salvador, Nicaragua y otros países latinoamericanos este fenómeno ya ha causado estragos en muchas comunidades. Entre ellos, la destrucción de la tierra y el paisaje, el consumo de enormes cantidades de agua y agotamiento de los acuíferos (de los que dependen para vivir los habitantes de las comunidades afectadas), la contaminación de suelo, agua y aire por sustancias altamente tóxicas como el cianuro (utilizado masivamente para separar la plata y el oro de la roca), el envenenamiento de personas y ganado, que se enferman con frecuencia y en algunas ocasiones mueren, el riesgo de accidentes dentro y fuera de la mina por las explosiones y el transporte de sustancias peligrosas y un largo etcétera.

Los argumentos que suelen esgrimir las mineras en la fase de presión para iniciar el proceso de exploración previo al extractivo siempre son los mismos ("les damos trabajo"; "esto es desarrollo para el país") y se caen por tierra cuando se observa la realidad: trabajo para unos pocos, mal pagado y riesgoso, y un porcentaje ridículo de beneficio económico para el país a través de regalías; prácticamente todo el beneficio de la expotación va para la empresa extractora (que con mucha frecuencia es canadiense... y en este caso también) y sin embargo el costo ambiental, sanitario y social recae sobre los locales y sale gratis en todos los sentidos.

Por ello CODIDENA se está organizando para defender el territorio. Están desarrollando acciones informativas y de sensibilización y preparan una cosulta ciudadana, siguiendo el ejemplo de otras localidades en Guatemala y Centroamérica en general, que ya han pasado por lo mismo.
Para ganar el derecho a realizar la consulta ciudadana (explotación minera en Santa Rosa sí o no) están recogiendo firmas. Necesitan, para empezar, las del 10% de la población de cada municipio del departamento.

Después, cuando se realice la consulta, será necesario que al menos la mitad de la población vote y que del total de votantes, más de la mitad rechace la minería. Tienen, por tanto, mucho trabajo por delante, pero se lo han tomado muy en serio y están yendo a por todas. Ánimo, CODIDENA.

Por cierto, para saber más sobre el asunto, recomiendo ver el documental El oro o la vida, producido hace poco en Guatemala, o el titulado Explotación minera que mata, aunque no sé si se pueden conseguir en España. Si no, hay un montón de información en internet sobre las consecuencias sociales y ambientales de la minería a cielo abierto.

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 Cambio de tema al de diversidad funcional que mencionaba antes:

A través de Juanma, un cura guaneliano español instalado en Santa Rosa, Guatemala, desde hace 9 años, conozco el Centro rehabilitativo y de educación de la Obra don Guanella y la casa hogar, donde se atiende a niñas/os, jóvenes y adultas/os con necesidades epeciales. Algunos de ellos presentan discapacidades exclusivamente intelectuales y otros también tienen afectadas algunas funciones sensoriales y motoras.

Paso con los patojos/as un par de días y quedo admirada del buen trabajo que está haciendo con ellos/as el equipo de profes y adultos implicados en su educación y rehabilitación. Por otra parte, me llama mucho la atención la alegría que se respira en el centro y lo que se ayudan los chicos/as entre ellos/as.

También me gustó conocer el proyecto de huerto y cafetal, del que obtienen algunos ingresos, y a través del que los chicos/as realizan aprendizajes muy útiles para su inserción laboral.

Sólo pasé dos días con ellos/as pero pude ver que si bien tienen discapacidades en algunas áreas, en otros aspectos están mucho más capacitados que la mayor parte de la gente. Admirable la capacidad de amar, integrar y ayudar de muchos de ellos. También la alegría, la disciplina, el esfuerzo.

Un recuerdo agradecido para ellos desde Nicaragua.

La única imagen que tengo de estos días es un retrato rápido de Juanma. Lo adjunto.























domingo, 5 de junio de 2011

Cuatro esquinitas tiene mi cama…

… Cuatro angelitos que me la guardan. Y a veces, hasta cinco.

Se llaman Luis (Panela), Carlos (Nina), José (Checo) y Jorge (Neco). Audelia (Kika) se suma de vez en cuando. Tienen 12, 10, 7, 3 y 5 años respectivamente.  

Son los cinco hermanitos que me han acompañado estos días en Tulate, un pueblito de pescadores a orillas del Pacífico donde he pasado unos días muy especiales.

Llegué a Tulate el miércoles 25 al caer la tarde. Nunca había estado allí. Un conocido me prestaba una casa a pesar de que él no iba a estar en el pueblo. Mi salvoconducto era una nota dirigida a su vecino en Tulate, que tiene las llaves de la casa, diciéndole algo parecido a esto: "Don Fernando, por favor, ábrale la casa a mi amiga María, que se va a quedar unos días. Gracias y un abrazo".

No hubo problema en encontrar a don Fernando ni mostró desconfianza alguna cuando le tendí la nota. Lo dificil fue hacerse a la casa, que no tiene ni agua corriente ni electricidad ni letrina ni cama... ni nada aparte de los muros y el tejado, lleno de boquetes por algunas partes.

Cuando ví el panorama, tragué saliva, valoré y descarté la idea de buscarme un hotel esa misma noche (hubiera sido un jaleo) y le pregunté a don Fernando si desaconsejaba dormir en el suelo, pensando en alacranes, ratas o algun otro bicho. Por suerte este hombre tiene muchas hamacas de hilo que renta a turistas cuando llegan en temporada alta, y me rentó una. Tambien me vendió candelas y mandó a sus dos hijos mayores a acompañarme hasta la tienda para comprar un galón de agua. Doña Olga, su señora, me preparò algo de cena, y pocas horas después me mecìa en la hamaca hasta quedarme dormida.

En los días que siguieron fui haciéndome a la casa y a las condiciones. Don Fernando y doña Olga y, sobre todo, sus hijos, ayudaron mucho a que me sintiera a gusto y acompañada.

Con los niños se fue creando una relaciòn muy estrecha y de cuidado mutuo. Pasamos muchas horas juntos cada día. Me ayudaron por iniciativa propia a limpiar la casa, que estaba muy sucia, y su perímetro. También me echaron una buena mano achicando agua cuando la casa se me inundaba con los aguaceros, me enseñaron a cazar cangrejos y a rasparle con poma natural el óxido a mi navaja, me llevaron a la "Barra", donde estuvimos bañándonos. De vez en cuando me traían suculentos bocados que preparaba su madre. Yo tambièn compartía mis víveres con ellos, les conté cuentos inventados y les enseñé juegos alrededor del fuego que hacíamos a unos metros de mi casa por las noches.

Otra cosa bonita que hicimos juntos fue dibujar en las paredes de la casa, que estaban tristes y feas, para darle una sorpresa al dueño de la casa, amigo común de ellos y mío, al que todos apreciamos. Nos llevó unas cuantas horas repartidas en tres días pero quedó bonito.

Me fui de Tulate con lágrimas en los ojos y el corazón lleno de ternura hacia esta gentecita tan hermosa a la que quisiera volver a ver dentro de un tiempo.

Adjunto algunas fotos tomadas con celular porque mi cámara de fotos sigue en huelga...





Sobre la mesa de cemento de enfrente de "mi casa". Al fondo está el mar, aunque no se vea...


En el interior de mi casa, a partir de las 19h se encendìan las velas




Así quedaron las paredes con los dibujos (un poco claros porque están hechos con ceras)








Los cinco hermanos


Los cuatro pequeños y yo. El mayor, Luis, está tomando la foto




Artistas creando