martes, 26 de abril de 2011

Playas, manglares, tortugas... (Puerto Escondido, Chacaua, San Agustín, 15-20 abril)





El recorrido de San José del Pacífico a Pochutla se complica porque la carretera está cortada en varios puntos: al parecer hay comunidades insatisfechas con la gestión de sus gobernantes locales y cortan la carretera tratando de hacer oir sus reivindicaciones. Así, el trayecto se trocea y cada tramo lo recorro de una manera (primero en microbús, después en camioneta, luego en taxi colectivo, después en camioneta de nuevo hasta Pochutla). Unidos ante la adversidad, varios de los que viajamos a Pochutla hacemos clan y vamos decidiendo juntos a cada rato cómo continuar el recorrido hacia nuestro destino común. Comemos tomatitos que compré esta mañana a una mujer indígena en San José, y pan blanco que trae otro en su mochila, y vamos charlando animadamente. 

 En Pochutla nos despedimos y yo agarro un autobús a Puerto Escondido, donde me alojo y paso lo que queda de tarde investigando cómo llegar a las lagunas de Chacaua, adonde quiero desplazarme pasado mañana con Jorge y Claudia, que vienen del DF para pasar sus vacaciones de Semana Santa en la costa. 

Al día siguiente nos juntamos y pasamos la tarde en la playa principal de Puerto Escondido; por la noche, después de cenar, acabamos bailando como locos en un garito chingón a pie de playa.

El día 17 salimos para Río Grande y de ahí, a Zapotalito. En el embarcadero de Zapotalito nos montamos en una lancha, con la que atravesamos las verdes lagunas de Chacaua, hasta la playa. Hay varios islotes en las lagunas; paramos la lancha a centímetros de uno de ellos para observar a las aves: garzas, pelícanos, quebrantahuesos, flamencos... preciosos. Más adelante aminoramos la velocidad para pasar por una zona más estrecha de manglares. Vamos en silencio, conmovidos por tanta belleza. 

Más allá de las lagunas está la playa, donde se rentan cabañas para alojarse. Alquilamos una de un negocio llamado "El Piojo" por dos noches y ahí pasamos los siguientes dos días. Las playas están bien aunque las hay mejores. Entre mis recuerdos más bonitos está una puesta de sol y, sobre todo, una noche,  la luna llena  perfecta reflejándose en el mar y la magia que manaba de ella... Y la compañía de Jorge y Claudia, inmejorable.

El día 19 salimos de Chacaua de vuelta  a Puerto Escondido, donde agarramos camión para San Antonio y de ahí, taxi colectivo a San Agustín. Aquí nos alojamos en un hostal muy bonito a pocos metros del mar.
Esa tarde, caminando por la preciosa playa de San Agustinillo nos encontramos con Will y Andrew, dos de los viajeros con los que me hermané en el largo periplo de San José del Pacífico a Pachutla. Risas y abrazos, qué alegría coincidir de nuevo.

Al día siguiente hacemos un recorrido en lancha en mar abierto (el mar en marejada y María mareada), y vemos mantarrayas, delfines y tortugas. Bueno, de las primeras y los segundos más bien vimos trozos que asomaban de pronto, aletas. A las tortugas, enormes, sí que las vimos bien. Son increíbles, como seres prehistóricos o de otro planeta, primas hermanas de las aves por la forma en pico de su boca y las aletas, que más bien parecen alas gruesas demasiado torpes para volar. El capitán saca una caña de pescar y al rato pesca un par de peces grandotes. Al final dedicamos un rato a snorklear cerca de unas rocas. De regreso a la playa, en uno de los chiringuitos, nos cocinan los pescados que traemos, a la diabla y en tiras, y cenamos todos juntos mientras cae la noche y los meseros llenan de lucecitas de velas las mesas de las terrazas a lo largo de toda la playa.

A la mañana siguiente me despido con pena de Claudia y Jorge. Estos días con vosotros han sido muy especiales.













Nuevas fotos

Sólamente comentaros que he añadido algunas fotos a las entradas de "Guadalajara en Flashback" y "DF y Oaxaca", por si les queréis echar un vistazo. Ahora estoy en Pochutla, cerca de la costa de Oaxaca, México, y esta tarde salgo en autobús hacia Tapachula, al sur del país, para en cuanto pueda atravesar la frontera con Guatemala.
Hoy mismo trato de meter una nueva entrada contando un poco sobre estos días atrás en la costa de Oaxaca.

sábado, 23 de abril de 2011

Últimos días en Oaxaca y mi paso por San José del Pacífico

Mis últimos días en Oaxaca fueron, como los primeros, muy agradables. Algunas cosas que hice fueron: visitar por fin el museo de Santo Domingo, que da un recorrido bastante completo por la historia de Oaxaca, desde la prehistoria hasta la actualidad; en esta visita aprendí que sólo en el estado de Oaxaca hay 16 grupos etnolingüísticos: maravilla de diversidad cultural; recorrer el increíble Centro de Artes de San Agustín, fundado hace unos cinco años por el Maestro Toledo, y disfrutar de la bonita gente a la que conocí esos días en la ciudad. Dejé Oaxaca contenta y agradecida a Alessandra, Yass, Lidia y todos los demás por haberme hecho sentir tan a gusto, y con la idea de regresar a pasar un tiempo más largo algo más adelante.

A San José del Pacífico llegué mareada por las curvas y la altitud, pero me recuperé al rato después de un sueñecito reparador. Pasé en este pueblo un par de días en los que me dediqué a pasear por el bosque y hacia el cerro, dibujar y escribir y charlar con algunas personas. San José es un pueblo mágico que desaparece cada tarde en medio de una niebla espesa y reaparece a la mañana siguiente, cuando el cielo se despeja y el sol aprieta por unas horas. Durante la temporada de lluvias (que empieza dentro de unas semanas) hay hongos alucinógenos en el pueblo y esto atrae a muchos pisconavegantes. Los días que yo estuve en el pueblo no éramos muchos los forasteros y el ambiente era bastante calmado. Alberto me platicó sobre los hongos: "el hongo te elige a ti y no al contrario". Por lo que decía, si caminas por el bosque y te fijas en un hongo que se agita de un lado a otro, te está invitando a comerlo. Si por el contrario se queda inmóvil y en su entorno ves culebras o alguna otra señal desagradable, mejor no lo comas, porque te está avisando de que te hará mal. Cuando le pregunto sobre los duendes, me dice que se comenta en el pueblo, como anécdota, que a su perro blanco, Güero, son los duendes traviesos quienes le hacen las rastas cuando se queda dormido. Creo que Güero es el primer perro con rastas que conozco.

Después de un par de días en San José del Pacífico, agarro un microbús con destino a Pochutla, para llegar a Puerto Escondido, Chacaua, Mazunte... Las circunstancias se complican y el recorrido hasta Pochutla acabará siendo toda una aventura... (continuará en la siguiente entrada...)

viernes, 22 de abril de 2011

Algunos dibujos

Aquí cuelgo algunos dibujos que he hecho últimamente. El no haber tenido la cámara de fotos operativa me ha animado a sacar papel y lápiz.






 El dibujo de los árboles es del bosque de San José del Pacífico; el hombre tumbado es Nato, el profe de sueños de Reyes, de los días que pasé en Guadalajara; hay un par de dibujos de figuras mortuorias de culturas prehispánicas que ví en el museo de Santo Domigo en Oaxaca; también está el apunte rápido de una panadera en un mercado oaxaqueño, que entre venta y venta de pan, se echaba un sueñecito...

viernes, 15 de abril de 2011

Guadalajara en flashback (21-30 marzo)








Igual que en muchas películas y novelas la narración aparece desordenada, la crónica de mi viaje también salta de alante atrás; en este caso no es un recurso literario sino puro desorden, disculpadme.
Estuve en Guadalajara entre el 21 y el 29 de marzo, alojada en casa de mi amiga Reyes, la misma con la que viajé a la Huasteca Potosina la primera semana de mi estancia en México.
Reyes vive con Lorena y Aurora, Frida y Odilia. Las dos primeras son humanas; la primera, española y la segunda, mexicana. Frida es una gata bizca, y Odilia, una perrilla blanca tipo oveja. Las cuatro son encantadoras. Y Reyes ni te cuento. Así que mi estancia en la casa fue muy agradable.

Para completar el cuadro, os cuento que Emilio y Juan, los vecinos de al lado, son igualmente encantadores, y la relación entre las primeras y los segundos es muy estrecha, de manera que entre todos parecen formar una gran familia bien avenida.

Guadalajara es una ciudad grande, pero pequeña al lado del DF. Tiene un centro histórico bonito y una vida artística y artesanal muy interesantes. Es obligado el paseo por Tlaquepaque, una colonia muy conocida en la ciudad por su arte y artesanía, en un estilo muy cuidado y sofisticado. También merece la pena perderse por Tonalá, otra zona de Gdj famosa por su artesanía, pero en versión mucho más popular. Aquí es donde muchos artesanos/as tienen los talleres donde producen artículos que se venden después en Tlaquepaque.

En Tonalá conocí a don Fernando, un artesano de unos setenta y pico años que pintaba flores rosas sobre un calefactor de barro en una tienda-taller de cerámica. Me vio interesada en su trabajo y me invitó a sumarme. Estuve un rato pintando a su lado y de plática con él, muy a gusto. Unos días más tarde volví a Tonalá para verle otra vez. No había guardado la dirección de su taller y Tonalá es muy grande, así que estuve unas dos horas buscándole de calle en calle... hasta que dí con él! Llegué a su taller cansada y medio insolada pero muy contenta de poder pasar otro rato pintando y charlando con este hombre bueno y paciente.

En Guadalajara también vive mi amigo Gahdiel, antiguo vecino de Tetuán y compañero de luchas barriales y comunitarias en Madrid. Nos vimos varios días y me llevó de recorrido turístico a pie y en bici por el centro de la ciudad. Gahdi es narrador oral y a veces actúa en el Fondo de cultura Económica y otros espacios. Tuve la suerte de poderle ver contar un par de cuentos en el Fondo, y no veáis cómo se lo pasaban niños/as y mayores escuchándole. También tuve la suerte de coincidir con Adriana, su compañera, un par de veces, y me dio mucho gusto conocerla. Otra tarde participé con ellos dos y otro vecino de su barrio dinamizando unos juegos infantiles en la calle en el marco de una ludoteca que han promovido ellos/as mismos/as, y que parece que marcha bastante bien.

Reyes, por su parte, me ofreció la oportunidad de participar con ella en varias de sus actividades cotidianas, y como anda en cosas que me interesan, de mil amores me fui con ella a su clase de flores de Bach, a la de sueños y fantasías guiadas (o no recuerdo bien el nombre oficial de la materia) y a una sesión de danzas prehispánicas. Otro día me dejó preparar y llevar a mí la sesión de un grupo de crecimiento personal donde es ella la terapeuta. La sesión quedó muy bonita y los participantes, contentos, así que yo, satisfecha y encantada.

El 30 de marzo agarro un camión con dirección al DF. Guadalajara y su gente me han dejado un dulce sabor de boca; la sonrisa de alegría y de agradecimiento me llega hasta las orejas...

Sobre las fotos: las dos primeras estan tomadas en Tlaquepaque y las demas en Tonala. El señor de la cuarta y quinta fotos es don Fernando. La chica que aparece conmigo en la sexta es mi amiga Reyes. Y yo soy la del pañuelo amarillo, que no he cambiado tanto en estas semanas, ja ja



martes, 12 de abril de 2011

Pedro Páramo

Estos días he releído Pedro Páramo, la famosa novela del mexicano Juan Rulfo, exponente de la literatura mexicana y universal de los últimos tiempos. Es trabajoso leerla porque no hay un sólo narrador sino varios, y hay que deducir a cada rato quién está haciendo el relato, pero merece mucho la pena.
En esta dirección tenéis la novela en PDF, aunque es más agradable leerlo en papel. Recomiendo echar un ojo al prólogo, de Jorge Volpi: http://www.librosgratisweb.com/pdf/rulfo-juan/pedro-paramo.pdf

domingo, 10 de abril de 2011

DF y Oaxaca

Retomo la última entrada que hice al blog y me remonto a un poquito antes...

Salí de Guadalajara el miércoles 30 de marzo camino del DF. En la capital estuve miércoles y jueves, y me alojé en casa de una mujer simpatiquísima, Lupita, que hospeda a gente en su casa, situada en el bonito barrio de Coyoacàn.  No dio tiempo a conocerse mucho pero lo que traté con ella y sus hijos, una chica y un chico algo más jóvenes que yo, fue un gustazo. Me dieron buena información tanto del DF como de las playas de Oaxaca y Lupita (que no doña Lupe! si véis lo poco que le gusta que le llamen doña Lupe y lo que se rieron sus hijos cuando la llamé así...) y su hija, me decían que cuando vuelva con más tiempo, hacemos una "lady's night" (salir a bailar sólo chicas, o sea, la mamá, la hija y amigas de ambas; genial, no?).
Esos dos dìas en el DF me ví de nuevo con Jorge y René, amigos de mi amiga Elena y viejos conocidos míos (con perdón por lo de viejos). Muy bien; son encantadores y excelentes anfitriones. Precioso el centro de Tlalpan al caer la noche. Otra cosa bonita que hice esos días fue visitar por fin la casa-museo de Frida Khalo, una experiencia interesante y conmovedora.

Llegué a Oaxaca, que está a a unas 7 horas del DF hacia el sur, el viernes muy de mañana. Siguiendo las indicaciones de Laura (amiga de mi amiga Elena, que estuvo viviendo en Oaxaca un par de años y que se ha portado de lujo dándome informaciones y contactos), busqué el hostal Santa Isabel, barato y agradable, con un patio central colorido y lleno de plantas. Ahí estuve un par de dìas y luego me he estado alojando en casa de Alessandra, con la que me contactó Jenny, una compa de arteterapia.
Alessandra es muy agradable e interesante. Nació en Madrid pero tiene una bonita mezcla de sangre italiana y dominicana, y reside en México desde hace muchos años. Vive con su hijo Yaaz de 9 años, un apasionado del rock and roll y conocedor de todos los grandes clásicos (Rolling Stones, Black Sabath, Pink Floyd, Metallica, AC DC, etc). Está aprendiendo a tocar la baterìa y es puro nervio. Aless coordina proyectos en la asociación Babelarte (http://www.babelarte.org/), dedicada a la promoción de las mujeres a través del arte y la cultura, y por lo que me ha platicado, hacen cosas bien chidas.

Oaxaca es una ciudad muy bonita, colorida, colonial, de tamaño muy asequible, y con una vida artística, cultural y política muy interesantes. Hay cantidad de artistas, artesanos/as e intelectuales en la ciudad y muchos/as se conocen entre ellos/as. Como comentaba el otro dìa, a través de un par de personas, entro de cabeza en el entramado por unos días, y disfruto de pláticas interesantes y momentos de ocio con esta gente, que me acoge con mucha apertura. Os hablo de algunas/os de ellas/os.

Poncho, que trabaja con mujeres víctimas de violencia de género a través de la terapia narrativa. Interesante lo que cuenta. Me habla de la tragedia de Ciudad Juarez, donde se mata a mujeres sólo por ser mujeres, con impunidad absoluta desde hace años. Sin embargo, algunas se están organizando para denunciar esta realidad terrible y para resistir. 

Lidia, que es española, afincada en Oaxaca hace... creo que catorce años. Se dedica a la fontanería e imparte talleres para capacitar a mujeres en arreglos domésticos. Es simpàtica, tiene mucha energìa, habla rápido, como a borbotones, dice y hace lo que quiere y se ríe a carcajadas que contagian. Me pone bastante al día de algunos temas sociales y políticos de México y de Oaxaca.

Oscar, Erica y Joan, que comparten piso. El primero lleva una carpintería comunitaria en OIDHO (organización indígena por los derechos humanos en Oaxaca), donde desarrolla, con la ayuda de un voluntario alemán,  un taller formativo para chavos y se quisiera que también para chavas (pero cuesta más que se interesen por la carpintería) de comunidades indígenas. Ambos le meten mucho esfuerzo al proyecto y hacen un trabajo muy profesional. Aquí va la direccion de su blog: http://yaknlea.blogspot.com/.

La segunda es una antropóloga canadiense majísima y muy inteligente que está haciendo su tesis en torno al movimiento libertario en Oaxaca. También controla de carpintería (entre otras cosas) y se pasa un par de días a la semana por el taller. Forma parte del grupo de mujeres las Lilas, al igual que Lidia, Aless y otras mujeres muy interesantes a las que conocí en una reunión del grupo a la que me invitaron y en la que estuvimos trabajando sobre el libro "Descolonizando el feminismo". Otro día tambien nos juntamos varias para tomar unas chelas. 

A Joan lo conozco más tarde. Es un chico muy majo que se dedica a la ilustración. Acabo de ver su trabajo y me gusta; aquí le podeis echar un ojo: http://negrescolor.blogspot.com/

Katya es una actriz y activista pícara y espabilada. Entre otras cosas, està tratando de implementar un proyecto de educación y género a través del teatro con Alessandra en coles.

Eric da clases de francés y se forma en osteopatía y medicina natural, Mari es piscóloga y trabaja con mujeres víctimas de violencia, Marco es músico y hace figuras geniales en alambre y metales. A Cynthia le gusta escribir y me pasó un librito de poemas suyos que editó en un formato precioso, con ilustraciones de un amigo suyo, artista profesional, y que leo y disfruto de rato en rato. Su padre, Víctor, profesor de literatura entre otras cosas, me lleva a Monte Albán en moto y me presta Pedro Páramo, la mítica novela mexicana de Juan Rulfo. 

Ita es una mujer mixteca, psicoterapeuta (que, como Poncho, trabaja a través de la terapia narrativa) y psicóloga forense que también imparte talleres de empoderamiento y derechos humanos con mujeres indíegenas de comunidades. Me ha invitado a acompañarla mañana a una de las comunidades para participar en uno de estos talleres; me apetece mucho.

Toda ésta es la hermosa gente con la que más he tratado estos diez días que se me hacen como meses.

Última cosa que cuento por hoy... El otro día participé junto con alguna de esta gente en una marcha pacífica con la frase "Estamos hasta la madre" como lema (que significa "Estamos hartos/as"; en México la mitad de las frases contienen la palabra "madre" o derivados: puedes estar hasta la madre, te pueden partir la madre, te pueden madrear incluso, etc. También el "padre" aparece en el lenguaje: "Esto está bien padre" significa que está chido, o sea, guai). Vuelvo a la marcha... Como sabéis, en los últimos tiempos el narco y el crimen organizado están haciendo estragos en México. Se matan sobre todo entre ellos en la disputa por "la plaza", que es el mercado de la droga, pero de vez en cuando se cargan también a alguna persona externa a ese mundo. Los políticos tienen mala reputación por condescendencia, corrupción, mala gestión y/o razones diversas, y la gente está quemada. El otro día mataron al hijo de Javier Sicilia, un escritor de renombre, en el estado de Morelos, y éste publicó en prensa un artículo titulado "Estamos hasta la madre", poniendo a caldo tanto a narcos como a políticos, y convocando a esta movilización, que se ha hecho de manera simultánea en muchas ciudades de México y de otros países (creo que también en España).

Las primeras fotos son de la celebración de una boda en Oaxaca, con elementos típicos del folklore oaxaqueño; la de los dibujos es de un taller de caricatura en el que participé organizado por el Tianguis cultural Libertad y Resistencia (gente muy interesante, echad un ojo en internet, que seguro que aparecen); la siguiente es una tlayuda, comida típica de la región; a continuación, Monte Albán, y por último, imágenes de la movilización y de la carpintería comunitaria.












martes, 5 de abril de 2011

Amatlán, la tierra del amate

Continúo con la crónica de las primeras semanas en México... Esto es lo que hice del 12 de marzo hasta el 18...

Después de pasar varios días con Reyes en la Husteca, regresamos a México DF, donde pasamos un par de días paseando, visitando mercados (San Juan, conocido por vender alimentos exòticos; Sonora, muy interesante sobre todo por la zona de productos de magia y esoterismo, y Jamaica o mercado de las flores) y disfrutando la vida nocturna de la bonita colonia de la Condesa en compañía de David, un amigo de Reyes, y de sus amigos.

El domingo por la tarde Reyes se vuelve a Guadalajara y yo me preparo para salir al dìa siguiente hacia Amatlán, pueblito cercano a Tepoztlán, aproximadamente a una hora de camiòn al sur del DF.

La zona de Tepoztlán es montañosa y tiene un aire mágico. Desde el pueblo de Tepoz se puede ver, a lo lejos, en lo alto de una montaña, la piràmide del Tepozteco, construida segùn dice en el s XII, para honrar a uno de los dioses del pulque. En Tepoz sòlo estoy un rato, para comer y dar un paseo, ya que me esperan en Amatlán.






En este pueblo, todavía más pequeño que el anterior y del que dicen que procede Quetzalcoatl o la serpiente emplumada, me alojo durante cuatro días en la casa de Irene e Igor, ella española, él chileno, padres de la pequeña Huayra (que significa viento en quechua). La vida que hago con ellos estos días es muy tranquila: el día se va en charlar, lavar ropa, cocinar con leña, atender a Huayra, dar un paseo, dibujar, leer o escribir y otras actividades igualmente tranquilas y agradables.

Uno de esos días Ire y yo nos vamos con Huayra a visitar a una mujer del pueblo, experta en medicina tradicional mexicana, entre otras cosas,que nos enseña unos masajes que ayudarán a la peque a asimilar mejor los nutrientes. Tambièn nos da otras claves de medicina natural y nutrición, así como una definición de salud que se parece a esto: "Al cuerpo hay que darle lo que necesita, que son sobre todo nutrientes y movimiento; a las emociones, honrarlas y expresarlas; la mente hay que usarla para crear y no para rumiar el pasado o centrarse en el futuro; el espìritu nos permite ser Uno con el cosmos".

Otros dos días estuvimos en casa de Coco, una mujer mayor muy carismática a la que debe de conocer todo el mundo en Amatlán. Ha dedicado buena parte de su vida a las artes y a la medicina y cosmética natural. Aloja en su casa a un montón de gente joven, creativa y peculiar. Cuando llegas a su casa, te da la bienvenida y te ofrece un café y asiento. Te sientas a la mesa de la cocina y observas a tu alrededor: un canadiense de pelos largos y chaleco hippi está construyendo un atrapasueños, un francés rubio despeinado improvisa al violín mientras otro le acompaña al tambor, otra francesa que debe de dedicarse a la escultura explica a Ire el diseño del horno de barro que tiene intención de hacer al día siguiente, un mestizo sonriente dibuja en tonos rosas algo que atrapa, mezclando motivos prehispánicos con representaciones del peyote; otro canadiense (creo), con incrustaciones de verde jade en la barbilla y los dientes charla sobre un retiro espiritual que tiene previsto y sobre la energía que se percibe en este pueblo... y así.
Mientras, Coco cocina para todos/as y nuevos personajes van haciendo su aparición en la casa.

El viernes 18, después de una sesión de reiki que me regala la maravillosa Ire y que me deja llena de energía y feliz, salgo de Amatlán hacia el DF, pasando por Tepoz. Agradezco a la vida estos últimos días y el haber conocido a Irene.

domingo, 3 de abril de 2011

Sobre nuestra escapada a la Huasteca Potosina





Aquí van algunas fotitos de mi primera semana en México. Como algunas/os sabéis, me junté con Reyes en el DF y de ahí viajamos a Ciudad Valles y luego a Tamasopo. Fueron días de sol y baños en ríos de aguas transparentes, con rumor de casacadas de fondo, paseos, plática existencial y risas; una gozada.

Después de un mes en tierra mexicana

Después de un mes en tierra mexicana me estreno brevemente con este medio. Gracias a mi amiga Liuba por hacerme el blog y a mi hermano no de sangre Gonzalo por haberlo pensado (vale, te creo...).
Ahora mismo estoy en Oaxaca, una de las ciudades más vivas, bonitas y coloridas que he conocido nunca. Llegué hace un par de días y muy rápidamente estoy conociendo a mucha gente. Parece ser que en el mundillo alternativo (artístico-activista-cultural) oaxaqueño todo el mundo se conoce, de manera que si entras en el entramado a través de una o dos personas (como ha sido mi caso), enseguida accedes a toda la red. Gracias a Laura y a Jennifer por ponerme en contacto con vuestra respectiva gente en la ciudad. Para mi sorpresa (sólo para la mía, porque aquí a todo el mundo le ha parecido normalísimo) las amigas de Jenni y los de Laura se conocen bastante y hacen muy buenas migas.

Anoche estuvimos en un concierto en el Museo del Ferrocarril, un lugar maravilloso para celebrar eventos; al aire libre, en una antigua estación, el escenario plantificado en mitad de la vía y la gente bailando sobre los raíles o de charleta en un andén.

Seguiré reportando y contaré algo sobre las primeras cuatro semanas de mi viaje, pero será otro día...