miércoles, 22 de junio de 2011

El niño de la armónica

El niño de la armónica entra en el bus y se queda parado junto al asiento, aún vacío, del conductor. Es de piel bastante blanca y no aparenta más de diez años. Dirige una mirada tímida a los pasajeros y presenta la música que va a tocar susurrando al vacío unas palabras que nadie oye en medio del rumor de las conversaciones.
Acto seguido se lleva la armónica a los labios y toca unos breves acordes. Después canta y, ahora sí, la voz le brota valiente y poderosa desde el fondo de sí mismo.  El autobús se inunda de la voz del niño y algunos pasajeros, incluso en las últimas filas, interrumpen, sorprendidos, la plática para escucharle. Terrmina la canción y el cantor de voz segura se transforma de nuevo en ratoncito asustado. Su boca se llena otra vez de susurros, con los que agradece al público su escucha. Después recorre el pasillo tomando las monedas que muchos pasajeros le brindan. Algunos de ellos se han dado cuenta y sonríen: acaban de presenciar un milagro cotidiano.

2 comentarios:

  1. que bueno Maria. gracias por hacer mi dia mas lindo. fue un milagro cotidiano.

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  2. tu si que eres linda! como te va? sigues feliz???? que fluyaaaaaaaaaaaa

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