sábado, 18 de junio de 2011

Primera quincena en Nicaragua

Llevo algo menos de dos semanas en Nicaragua. Los primeros días los pasé en Ocotal, cerca de la frontera con Honduras, en casa de Gemma, Jimmy y el pequeño Inti Amaru. Disfrutando de la hospitalidad de esta gente maravillosa y descansando mucho. Siguiendo con ellos, que son medio nicas medio madrileños, los avances del proceso apasionante del 15M en Madrid. Preguntándoles muchas dudas sobre Nicaragua y su historia política y también sobre asuntos más prácticos. Dando algún paseito por Ocotal, un pueblo con encanto, que, por cierto, fue bastión de la resistencia sandinista. Visitando Radio Segovia, una radio comunitaria de la zona, creada por el Frente Sandinista en 1980, un año después del triunfo de la revolución, incendiada en el 84 por la Contra y surgida de nuevo de sus cenizas como el ave fénix. Vagando también por Mosonte y descubriendo allí a Mercedes, trabajadora de la fundación Libros para Niños, y a través de ella, conociendo el proyecto.

Libros para Niños es una fundación dedicada a promover el amor por la lectura y los libros en la niñez. Tienen puntos y rincones de lectura en varias poblaciones. Son lugares mágicos, donde las paredes están profusamente decoradas con imágenes de fantasía sacadas de los cuentos. Las niñas y niños acuden a ellos de manera voluntaria, se sientan en cojines por el suelo, y dedican tanto rato como quieren a dejarse llevar por las historias que leen en los libros o que escuchan de boca de los facilitadores, que se los leen en voz alta. A veces lo hacen utilizando el kamichivai, un artilugio de madera de origen japonés que funciona como pantalla y soporte de láminas coloridas que ilustran las historias. El narrador/a va contando el cuento mientras desliza las láminas ordenadamente de alante a atrás, de modo que el público puede observar los dibujos mientras escucha la historia.

Libros para Niños realiza varias actividades distintas, dirigidas todas a promover el gusto por la lectura. Otra de ellas, a la que me sumé durante un par de días, es la de rutas de lectura. En las rutas de lectura el equipo de Libros para Niños acerca los libros a niños y niñas de áreas rurales apartadas de los puntos y rincones de lectura, con más difícil acceso a los materiales. Lo hacen a través de un sistema de préstamo quincenal en escuelas, donde también hacen lecturas animadas.

Me gustó ver que los niños responden a la iniciativa con mucho interés. Sí parece que a través de sus actividades la fundación consigue que poco a poco vayan amando la lectura, asociándola con placer y no sólo con obligación escolar y con tedio.

De Ocotal tiré para Estelí, donde me acogieron calurosamente la gran Naví, amiga de Rodrigo, y Anna y Ania, que son amiga y sobrina de la primera. También el hijo pequeño de ésta, Rodri, que es un chaval simpatiquísimo (de tal palo tal astilla). Allí pasé otros cuantos días, en los que subí con Anna y Ania al cerro Tisey, que es precioso, paseé y disfruté mucho de largas charlas con Naví y las chicas, conocí Funarte, fundación de apoyo al arte creador infantil (muchos de los murales de Estelí son trabajos realizados por los chicos y chicas de esta organización), y radio Cumiches, una radio comunitaria llevada por jóvenes y niñas/os, que me dio muy buena impresión.

Ayer llegué a Matagalpa, donde he pasado el día de hoy en una jornada formativa organizada por la Red de Mujeres de Matagalpa. Parece ser que esta localidad es un referente en cuanto a feminismo en toda Nicaragua.

Aquí van algunas fotos...



En la ruta de lectura los niños/as eligen libros para tomar prestados y leer en casa





La naturaleza es exuberante en Nicaragua. De camino a las escuelas, en las rutas de lectura, esto es lo que se ve a ambos lados del camino




Posando con Ania en el cerro Tisei


Tisei. Nos perdimos parte de las vistas porque estaba nublado



Cena de despedida de las chicas de Estelí: paella!


Las paredes hablan

No hay comentarios:

Publicar un comentario